Me tiraré al barro para defender
descaradamente un tebeo de superhéros puros y duros como
Thunderbolts, escrito por el muy competente Kurt Busiek y dibujado
por el muy discutible Mark Bagley ( a mí me gusta, pero no se lo
recomendaría a nadie). O sea un tebeo Marvel sin ninguna remisión;
téngase en cuenta a la hora de hacer compras o valorar la siguiente
reseña. Abstenerse los que no leen superhéroes desde chiquitines.
Teniendo en cuenta loprevisibles que
son los tebeos Marvel o DC que uno lee por cuestiones laborables,
llevo una temporada sorprediéndome comprando tebeos de esa misma
calaña por querer leerlos, por tener curiosidad, por querer saber lo
que pasará a continuación. Hace mucho que no me pasaba con Marvel
(mi sorpresa parecía estar reservada para tebeos europeos o
independientes americanos, o de Vertigo o Astro City).
Thunderbolts es uno de ellos. Su
guionista se empeña en guardarse las cartas en la manga, en no
decirnos lo que va a pasar después, en soprender al lector siempre
que puede y como puede y en darle la vuelta a la trama hasta cuando
pasa lo que sospechábamos que iba debía pasar. Las aventuras que
componen este tebeo son corrientes, superheroicidades del montón,
corriendo el interés de la particular psicilogia e identidad de los
personajes y del hecho de que, habiendo una docena de números en el
mercado americano, sus lectores seguimos sin tener ni idea de hacía
donde va a tirar la serie. O sea, es de superhéroes, la actual
situación en el número doce era preisible desde el principio, por
lo que no sabíamos era cuándo y cómo y qué pasara después. Y en
esto radica la serie su interés y su suspense.