domingo, 14 de octubre de 2012

Reseña de "Brian the Brain" de Miguel Ángel Martín

Brian The Brain es, como toda la obra de Miguel Ángel Martín, la última vuelta de tuerca a un género. En este caso se trata de un tebeo "de niños".
Lo cierto es que los niños a través de la historia del comic han ido evolucionando conforme a la mentalidad de la época en que les ha tocado vivir. Pero siempre se trata de un cambio meramente formal. Los niños, y probablemente, los autores de historieta han tenido unas inquietudes básicas muy similares a lo largo de los más de cien años de vida del género, y tampoco hay tanta diferencia entre los pioneros Katzenjammer Kids y nuestro Calvin y Hobbes. Simplemente son la forma y el entorno los que han cambiado.
En este sentido, Brian no deja de ser un producto de su tiempo: hijo de la ingenería genética y la informática se mueve en el, ya de por sí, frío universo del dibujo de Miguel Ángel Martín.
Este tebeo está condenado a convertirse en un clásico representativo de la forma de ver el mundo desde los años noventa.
Como complemento a las aventuras de Brain, Martín nos ofrece dos historietas de un registro muy diferente: la primera, Life Fading, se centra en la eutanasia, el suicidio y la pena de muerte y la segunda la protagoniza Bug, que como si nombre indica, es un bicho. Dos muestras de como Miguel Ángel puede cambiar de tema sin bajar el nivel ni un ápice.
En general, uno de los mejores tebeos de autor.
Reseña publicada en Slumberland
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martes, 9 de octubre de 2012

Reseña de "Como un guante de seda forjado en hierro" de Daniel Clowes

Dentro del mundo de los comic-books que sirven de vehículo a un solo artista para exponer al mundo sus obsesiones personales, siempre a destacado Bola Ocho de Daniel Clowes. Publicado a razón de tres números al año desde 1989, ha sido el contenedor de todo tipo de feroces sátiras, en las que su autor ridiculiza a todo bicho viviente, particularmente perdedores varios, jóvenes con inquietudes artísticas e, inevitablemente, dibujantes de comic. Además, los primeros diez números de Bola Ocho también son el marco donde se serializa la extraña y fascinante narración que nos ocupa. Clowes comienza Como un guante de seda forjado en hierro sin un plan prefijado. Su protagonista entra en un cine donde se proyecta una sesión doble. En la segunda película, un personaje se quita una máscara: el espectador reconococe el rostro de una antigua novia, en cuya búsqueda decide partir. A partir de aquí Clay, cuyo nombre, se nos recuerda, está lleno de sentido (arcilla, una materia moldeable), emprende un viaje donde se moverá como un sonámbulo, siempre a merced de los acontecomientos más insólitos, de sus raros despertares en lugares inesperados.