Pocos, muy
pocos, podrían haberlo imaginado. Pero el hecho es innegable: el
responsable de haber hecho evolucionar el género de los superhéroes
de cara al siglo XXI no han sido ni Alan Moore, ni Kurt Busiek, ni
mucho menos Mark Waid, sino el chocarrero Warren Ellis; siguiendo,
además, unos caminos bien diferentes a la nostalgia o al
distanciamiento posmoderno predicados por los autores mencionados. De
hecho, si con alguno de ellos tiene algo que ver Ellis es sin duda
con el Moore de los años ochenta, especialmente con Miracleman, sólo
que su The Authority goza de mucho más cinismo, más propensión a
la aventura y sobre todo más sentido del humor. Allí donde uno
realizaba una exploración del superhombre a través de los tebeos y
la cultura pop, éste efectúa una indagación en los mecanismos
propios del cómic de superhéroes sin más coartada que la de
llevarlos a sus límites extremos. Los superhombres de Ellis tienen
la autoridad y están dispuestos a ejercerla, luchan contra países o
incluso contra mundos enteros, son prácticamente dioses, todo en
ellos es superlativo, como lo son los retos a los que se enfrentan.
Nada sería lo mismo, de todos modos, sin la participación de Bryan Hitch, un autor que no sólo se ajusta como un guante al concepto desmesurado de Ellis, si no que además lo potencia. Desde luego, el género de los superhéroes no podrá seguir contemplándose del mismo modo después de haber leído The Authority.
Nada sería lo mismo, de todos modos, sin la participación de Bryan Hitch, un autor que no sólo se ajusta como un guante al concepto desmesurado de Ellis, si no que además lo potencia. Desde luego, el género de los superhéroes no podrá seguir contemplándose del mismo modo después de haber leído The Authority.
Reseña escrita por O. P,
volumen dos 5, 2000
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