Miguel Ángel Martín ni es un gran dibujante, ni es conocido por lo
desarrollado de sus guiones. Además, sus historietas son de lo más
peculiar. Y sin embargo, ha sabido contactar con un sector del
público lo bastante amplio como para ver varios de sus trabajos
publicados en las más diversas editoriales, desde La Cúpula, hasta
Camaleón o la fenecida Toutain. Su gusto por las temáticas
“bizarre” y por lo freak le ha convertido en un autor, cuanto
menos, diferente, apreciado por muchos y odiado por otros tantos. Sus
admiradores están de bienaventuranza: La factoría de ideas ha
recopilado por fin en un libro los cuatro números que componían la
serie Space Between,
completando el libro con 10 páginas inéditas.
No es mi intención pronunciarme aquí acerca de la calidad del trabajo de Martín. Pero sí puedo decir que, si te gusta el sexo raro, la violencia, y el trato deshumanizado de las fantasías más raras que te puedas imaginar y del que constantemente hace gala Martín, alégrate de vivir en un país como españa (por lo menos por ahora) y no en estados Unidos donde, por mucho menos, Martín ya habría sido procesado en más de una ocasión (existen precedentes). Por cierto, el juicio contra el editor de Psychopathias Sexualis en Italia ha sido ganado por éste al ser desestimada la demanda presentada en contra, una buena noticia.
No es mi intención pronunciarme aquí acerca de la calidad del trabajo de Martín. Pero sí puedo decir que, si te gusta el sexo raro, la violencia, y el trato deshumanizado de las fantasías más raras que te puedas imaginar y del que constantemente hace gala Martín, alégrate de vivir en un país como españa (por lo menos por ahora) y no en estados Unidos donde, por mucho menos, Martín ya habría sido procesado en más de una ocasión (existen precedentes). Por cierto, el juicio contra el editor de Psychopathias Sexualis en Italia ha sido ganado por éste al ser desestimada la demanda presentada en contra, una buena noticia.
Armando Vila
en Slumberland nº 14, 1996
No hay comentarios:
Publicar un comentario