David Ramírez ha pasado, en muy poco tiempo, de ser un desconocido a
convertirse en uno de los autores más apreciados por los
aficionados. Su frescura y su humor, a veces irónico, le han hecho
ganarse un lugar entre los preferidos de los lectores. Además ha
sabido superar las limitaciones de formato que le suponía su tira
periódica en la revista Kame
(una página fórmula) y convertirse en un historietista con bastante
proyección. Quizá sea ese el motivo por el que los de Camaleón
Ediciones le hayan escogido para sustituir a Nacho Fernández en el
Especial Verano de la serie Dragon Fall. Este especial
verano está guionizado y dibujado por Ramírez, acompañado por
Álvaro López en la tinta. El cambio ha dado como resultado un
número de Dragon Fall
mucho más tebeo que las últimas entregas de la serie. Esta vez la
historieta se vertebra con cierta coherencia a lo largo de las 32
páginas de tebeo. La narrativa no es ningún hallazgo, pero funciona
y, hacia la página 12, cuando parece que el autor se ha acostumbrado
al producto, empiezan a sucederse los chistes a la Ramírez que tan
buen resultado le han dado en B³.
El grafismo también mejora algo respecto al trabajo de Nacho
Fernández, pero no se acerca a los mejores momentos del autor.
En conjunto, este especial de verano de Dragon Fall no llega a convertirse en un gran tebeo, pero mantiene el interés y se deja leer. Puede que Dragon Fall no pase a la historia como lo mejor de la historieta española, pero hoy por hoy, es el único comic-book español que consigue conectar con una gran masa de público, lo que no deja de tener su mérito.
En conjunto, este especial de verano de Dragon Fall no llega a convertirse en un gran tebeo, pero mantiene el interés y se deja leer. Puede que Dragon Fall no pase a la historia como lo mejor de la historieta española, pero hoy por hoy, es el único comic-book español que consigue conectar con una gran masa de público, lo que no deja de tener su mérito.
Enrique Pilón
en Slumberland nº 14, 1996
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