lunes, 19 de mayo de 2014

"EL PEQUEÑO SPIROU" de Tome y Janry

Han pasado ya muchos años desde que el inimitable Franquin creara a Spirou, un joven y aventurero botones (Como el Sacarino) al que siempre ha acompañado su fiel amigo Fantasio. Y, como todo lo que inventa Franquin, la serie vino acompañada de éxito. Un éxito tal que dio pie al nacimiento de otras series “hijas” más o menos directas de la divertida pareja. Por un lado, uno de los personajes secundarios de aquella serie, el Marsupilami, se convirtió en la niña de los ojos de Franquin, que llegó a crear su propia editorial para seguir publicándolo: Marsuproductions. Por otro, Dupuis pensó que aquella mina no había dado de sí todo lo que podía, así que se sacaron de la manga al “pequeño” Spirou. Un Spirou que no es hermano del otro, sino él mismo, pero de pequeño. Los encargados de darle vida fueron, precisamente, los mismos que habían tomado las riendas de la serie madre después de Franquin, o sea Tome y Janry, que, si quizá no han sido capaces de mantener el nivel en Spirou y Fantasio, sí lo han conseguido hacer con el Pequeño.
El Pequeño Spirou, que ya en su tierna infancia viste uniforme “botonero”, es un auténtico pillo, capaz de las gamberradas más descerebradas. Vamos, una especie de Calvin, pero a la francesa. Unos buenos guiones, una bien pensada galería de personajes y el recuerdo que todos tenemos de la mala baba que gastamos de niños lo han puesto ahí, entre los buenos comics de nuestro tiempo. Llega ahora una nueva entrega de la edición española que ha conseguido superar las tan cacareadas crisis (puede que ayudado por su publicación semanal en el Pequeño País) y eso ya es toda una garantía.

Juanjo Porrá Slumberland nº 18, 1996

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