Con
demasiado retraso aparece por fin en nuestro mercado una obra
fundamental en la carrera de Alan Moore, guionista estrella
responsable de algunos de los títulos mas relevantes de las dos
últimas décadas y renovador incansable del medio. From Hell es sin
duda su trabajo mas ambicioso y complejo, y también el más redondo,
el más rico, el más polémico. Decir que en sus páginas se da
cuenta de los crímenes de jack el Destripador es quedarse en la mera
superficie. Analizar la obra en el breve espacio que disponemos
sería, por otra parte, una tarea imposible. Nos conformaremos con
apuntar algunas claves.
Moore,
cansado del mainstream y de las servidumbres a que su talento se veía
sometido al trabajar para las grandes compañías, se embarca a
finales de los años 80 en una serie de proyectos ambiciosos (Big
Numbers, A small killing, Lost Girls y From Hell ) con los que
pretende transcender los géneros y utilizar el lenguaje de la
historieta para abordar historias con mas entidad de la que el
comic-book parece capaz de tolerar. Interesado por el asesinato como
fenómeno abstracto, encontré en los crímenes de Destripador la
estructura idónea para desarrollar una peculiar reflexión en torno
a la violencia, la naturaleza mágica de la realidad y la pervivencia
de los mecanismos mitológicos en nuestra sociedad urbana, entre
otras muchas cosas. El resultado final, tras mas de diez años de
elaboración, es un trabajo denso y orgánico, lleno de sugerencias y
hallazgos, difícil y apasionante, un intenso tour de force en el que
la faceta gráfica ( responsabilidad de Eddie Campbell ) no sale bien
parada, pero tras cuya lectura nadie sale indemne.
Aviso a
navegantes: From Hell no es un tebeo. O no es, en fin, sólo un
tebeo. From Hell puede cambiar la forma en que ves el mundo, la vida.
From Hell respira, es adictivo y carnívoro, es un conjuro, un virus.
(Hay que mencionar la respetuosa edición de Planeta, y hay que
aplaudir, especialmente, el voluntarioso trabajo de traducción de
Jaime Rodríguez, una tarea que no era fácil ni cómoda ).
Reseña
escrita por Francisco Naranjo en Volumen dos 4, 2000
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