De Daniel Clowes tan sólo se ha
visto publicado en nuestro país su primera historia larga, “Como un guante de
seda forjado en hierro”, publicada en cinco números por La Cúpula. Hay que
decir que quizás la elección no era la más acertada en su momento porque, si
bien la historia es interesante, también es bastante extraña. Por suerte, en la
edición española se acompañaban algunas historias cortas, representativas del
peculiar humor sarcástico de Clowes.
A quien le gustaran esos
complementos, debería encantarle Dan Pussey, delirante trasunto del autor.
Pussey es un dibujante de cómics de éxito y, en sus historias, siempre se
asiste a una mordaz al star system de la historieta. A esa crítica cabe
añadirle el repaso sistemático que realiza Clowes al modo de vida americano. El
estilo gráfico es el de siempre, mezclando la caricatura con un acabado muy
elaborado.
Es en estas narraciones donde más
se puede notar la influencia de Robert Crumb sobre este autor, que se
autorretrata como alguien ridículo en historias cargadas de mala leche. La
diferencia con el maestro consiste en la distancia crítica que Clowes guarda
con su obra. Mientras Crumb se ridiculizaba porque se sentía así, lo que hace
el autor de Dan Pussey es lo que se suele llamar reírse de sí
mismo, con un estilo grotesco y desmesurado.
En definitiva, Dan Pussey
es un cómic para los sibaritas del humor (y que también sepan reírse de sí
mismos).
Juanjo Porrà en Slumberland nº 32,
1997
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