
Con una sola serie se recuperaban
dos pesos pesados de DC, con la intención, por parte de la editorial de que el
título se convirtiera en uno de sus nuevos estandartes.
Seguramente, no se esperaban unos
resultados tan positivos como los que obtuvieron... ni tan inmediatos. En los
primeros meses, la JLA se situaba con facilidad entre los títulos más
vendidos al otro lado del charco, causando además las delicias de la crítica.
¿Las razones? Un Morrison
recuperadísimo que se olvida de sus delirios de “creador” para escribir un
tebeo de aventura superheroica que, recuperando las bases clásicas, como viene
siendo habitual últimamente, integra la desbordante imaginación del escocés,
siempre al servicio de la historia.
El dibujo de Porter es, quizás lo
más criticado, pero es indudable que es correcto, aunque es indudable que la
serie seguramente merecería un dibujante de mayor categoría.
En todo caso, la mejor opción
superheroica de este mes.
Jaime Rodríguez en Slumberland nº 34,
1998
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