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lunes, 9 de febrero de 2015

"JLA Nº 1" de Grant Morrison y Howard Porter



Después de un pasado más o menos glorioso, hace ya casi dos años se resucitaba el grupo más emblemático de DC en forma de serie mensual: la Liga de la Justicia de América, rebautizada como JLA. El acontecimiento de por sí ya era importante, pero brillaba aún más por el anuncio de que Grant Morrison iba a ser el guionista regular.
Con una sola serie se recuperaban dos pesos pesados de DC, con la intención, por parte de la editorial de que el título se convirtiera en uno de sus nuevos estandartes.
Seguramente, no se esperaban unos resultados tan positivos como los que obtuvieron... ni tan inmediatos. En los primeros meses, la JLA se situaba con facilidad entre los títulos más vendidos al otro lado del charco, causando además las delicias de la crítica.

lunes, 10 de febrero de 2014

"SPAWN REFLEJOS" de Grant Morrison y Greg Capullo

Es indiscutible que desde que se encargara de fortalecer la imagen del singular Spiderman hace ya unos añitos, Todd McFarlane ha sabido hacerle un boca a boca al éxito que aún hoy en día parece no haberse quedado sin oxígeno. En Spawn este autor ha optado por crear un particular microcosmos dentro del universo Image, donde reinan el espeluzne mefistofélico y la nocturnidad estrepitosa. A modo de descanso, despecho artístico o dios sabe qué, McFarlane ha cedido las riendas de la serie en varias ocasiones. Reflejos es una de ellas. A diferencia de anteriores veces, en las que autores de prestigio como Neil Gaiman o Dave Sim rescataban el abandonado apartado guionístico, aquí se olvidaba la obra por completo, pasando Grant Morrison (el abigarrado guionista escocés conocido por su loable cometido en series como Doom Patrol o The Invisibles, etc.), Greg Capullo, Art Thibert y Dan Panosian a llevar a cabo la ejecución de las contiendas de tan terca semilla del infierno. Morrison, que tenía la ventaja de poder explayarse a lo largo de tres números (Sim y compañía sólo contaban con uno por cabeza), no hace más que alargar un ciclo de ingeniosos conceptos, que presenta en la primera entrega de la saga, en la que parece funcionar a pleno rendimiento (siempre consciente del ámbito superheroico y editorial que le rodea), para estancarse posteriormente en estos sin avanzar ni una pizca. Pese a todo, el nivel literario y la calidad del argumento aumentan constantemente, ganando una consistencia e interés infinitamente superior al que McFarlane expone en sus momentos más lúcidos.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Reseña del libro "Supergods" de Grant Morrison

Lo primero que tengo que comentar es que este libro, Supergods, escrito por Grant Morrison, no está traducido al castellano y no sé si algún día lo estará. Mi conocimiento de inglés no es tan alto como el nivel que se emplea en el libro (escrito con muchos localimos por el escocés) pero he entendido lo suficiente como para haber podido disfrutarlo. Otro inconveniente que podemos tener si nos decidimos a leerlo son las referencias culturales que Morrison introduce, que para alguien no nacido en Gran Bretaña pueden ser totalmente desconocidas.
Centrándonos en el propio libro, hay que empezar comentando que en él se hace una reflexión sobre la figura del superhéroe, no sólo en los comics sino también como proyección de la época vital de cada época. En esta disección, Morrison mezcla sus propias vivencias, sus propias historias creadas para este medio y como le afectaron a él. Es un libro raro, el estudio de los superhéroes y la biografía del propio Morrison están mezclados, no hay una separación clara pero eso no dificulta su lectura pues se sigue una linea temporal muy clara. De esta manera el libro se divide en 4 partes, en cada una de ellas se describe cada una de las "épocas" que ha habido en la historía de los superhéroes. Empieza en 1939 con la creación de Superman y acaba en el 2010. El análisis que hace Morrison resulta esclaredecedor y entretenido como poco. Por ejemplo, el estudio de la portada de Superman al principio del libro, sólo por si misma, es una maravilla. Aprendemos (y lo mejor, vemos por qué) que Superman fue creado como un defensor de los pobres (lo de boy-scout vino después) y Batman, creado un año después, fue concebido como su opuesto por lo que se convierte en una especie de defensor de los ricos (y aún sigue siéndolo despues de lo visto en la última película de Christopher Nolan). Se continúa con otras creaciones de DC, la psicodelia, el ebullir de Marvel y su nueva visión, el declive oscuro tras Watchmen y el Batman de Frank Miller, el interés económico en Image. Algo que me pareció muy curioso de esta época es que cuando Image fue creada, Todd McFarlane y sus pupilos escogieron los nombres de sus títulos para que coincidieran alfabéticamente en las librerias de comics. De esta manera, Spawn se colocaba muy cerca de Spiderman, donde antes había trabajado McFarlane y muchos de sus lectores que buscarán su Spiderman también se encontrarían con su Spawn. Puro marketing aplicado al negocio de los comics.

domingo, 11 de diciembre de 2011

RESEÑA SOBRE "LOS INVISIBLES" DE GRANT MORRISON


Aunque es probable que esta afirmación la encuentren repetida en estas mismas páginas en referencia a algún otro título, no hagan ni caso y creánme a mí: Los Invisibles es el mejor tebeo de superhéroes de la década de los 90. Y me explico:

1-Sus protagonistas son un grupo de individuos con habilidades sobrehumanas de eminente aplicación para el combate, que usan nombres de guerra e indumentarias llamativas, y que viven en perenne conflicto con otros seres de similares características pero ubicados en un bando contrario. Si eso no son superhéroes, que baje Kirby y lo vea.

2-Su relevancia dentro del género estriba en como Grant Morrison (Glasgow, 1960) ha alterado el concepto básico, a fin de reconciliarlo con sus particulares convicciones ideológicas y filosóficas. O sea, que Los Invisibles no luchan por ningún arbitrario concepto de verdad o justicia, ni mucho menos por “el sistema de vida americano”, sino, en todo caso, por “el sistema de vida morrisiano”. Un sistema de creencias, radicalmente enfrentado a cualquier tipo de autoridad, a toda forma de control sobre la libertad del ser humano que coarte el gozo de vivir. Y como consecuencia de esta reubicación conceptual, nuestros (super)heroes reciben y asumen con orgullo, el calificativo de terroristas. Los Invisibles: clandestinos agentes del Caos, en oposición a los depravados lacayos del Orden, que controlan el mundo. Básicamente, pues, la eterna lucha entre el “Bien” y el “Mal”, pero con los términos inteligentemente subvertidos.

Por supuesto, Los Invisibles es, también, mucho más. Es, sobre todo, y como todas sus obras, una inmersión febril e impúdica en la mente del guionista escocés; un viaje plagado de teorías, conceptos y paranoias, propias y ajenas, en torno al anarquismo, la magia, la expansión de la mente, el poder de las palabras para alterar la realidad, y mil y una ideas más, fantásticas y sorprendentes, con las que el cerebro del lector se ve bombardeado sin piedad, por medio de una trama retorcida e intrigante, desarrollada a base diálogos fascinantemente críptico-chulescos y un uso sin concesiones de la fragmentación y racionamiento de la información (Wachowskys: l-a-d-r-o-n-e-s).
Morrison ha prometido que el final de la serie revelará la verdad sobre “quién gobierna el mundo, por qué nuestras vidas son como son y exactamente a dónde vamos cuando nos morimos”. Ante semejante vacilada, quizás lo mejor que pueda pasar será que la cosa acabe como una especie de enorme chiste. Pero no importará. Lo que cuenta es lo que nos hemos divertido mientras lo contaba.

Esta reseña fue escrita por J. Edén y publicada en la revista "U" en junio del 2000.