lunes, 10 de febrero de 2014

"SPAWN REFLEJOS" de Grant Morrison y Greg Capullo

Es indiscutible que desde que se encargara de fortalecer la imagen del singular Spiderman hace ya unos añitos, Todd McFarlane ha sabido hacerle un boca a boca al éxito que aún hoy en día parece no haberse quedado sin oxígeno. En Spawn este autor ha optado por crear un particular microcosmos dentro del universo Image, donde reinan el espeluzne mefistofélico y la nocturnidad estrepitosa. A modo de descanso, despecho artístico o dios sabe qué, McFarlane ha cedido las riendas de la serie en varias ocasiones. Reflejos es una de ellas. A diferencia de anteriores veces, en las que autores de prestigio como Neil Gaiman o Dave Sim rescataban el abandonado apartado guionístico, aquí se olvidaba la obra por completo, pasando Grant Morrison (el abigarrado guionista escocés conocido por su loable cometido en series como Doom Patrol o The Invisibles, etc.), Greg Capullo, Art Thibert y Dan Panosian a llevar a cabo la ejecución de las contiendas de tan terca semilla del infierno. Morrison, que tenía la ventaja de poder explayarse a lo largo de tres números (Sim y compañía sólo contaban con uno por cabeza), no hace más que alargar un ciclo de ingeniosos conceptos, que presenta en la primera entrega de la saga, en la que parece funcionar a pleno rendimiento (siempre consciente del ámbito superheroico y editorial que le rodea), para estancarse posteriormente en estos sin avanzar ni una pizca. Pese a todo, el nivel literario y la calidad del argumento aumentan constantemente, ganando una consistencia e interés infinitamente superior al que McFarlane expone en sus momentos más lúcidos.
En cuanto a la tarea del equipo gráfico, cabe resaltar los lápices de Capullo, un dibujante que tiende a distinguirse de la interminable hornada de clones de Jim Lee, aunque aquí pierde toda identidad, víctima de las impulsivas tintas de Panosian y Thibert.
Como punto final, reseñar la gentileza de los muchachos de Planeta, que desplazan los tres comic-books originariamente integrados en la serie regular a un solo tomo para desasosiego del coleccionista metódico y necesitado.

Jorge Riera en Slumberland

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