
Como casi
siempre
Mignola se guisa esta entrega de
Hellboy sin ayuda y de una
manera muy eficaz, sin dejar de captar lectores y sin renunciar a un
nivel de calidad por encima de la media, aunque algunas veces sus
intentos de hacer un cómic hayan rayado la pretenciosidad...
Sin embargo,
esta nueva miniserie deja satisfechos a propios y extraños, cerrando
la relación entre
Hellboy y la Bestia del Apocalipsis de una manera
absoluta (o eso dice el autor) sin dejar por ello de crear algo más
genérico con distintos subargumentos alejados de la trama principal.
Hellboy se aleja, un tanto de lo sobrenatural (si es que alguien como
Hellboy puede alejarse de eso) y sus historias se vuelven mas
mundanas, incorporando por deseo propio del autor mas folklore
tradicional. Veremos qué tal suena la flauta, pero teniendo en
cuenta que
Mignola es un profesional como la copa de un pino (mejor
en dibujo que en guión, todo hay que decirlo) y que el éxito de la
serie está más que afianzado