
Robinson
utiliza este encuentro entre Batman, Hellboy y Starman para
confeccionar un guión a la medida de Mignola, quien no desaprovecha
la ocasión brindada a su lucimiento. El creador de Hellboy ha
llegado a su madurez con un estilo asentado, dinámico, expresionista
y expresivo, sin caer en el amaneramiento. Con una economía de
medios de medios encomiable saca el máximo partido a sus virtudes
como narrador y creador de atmósferas.
Por su parte, Robinson teje un relato dividido en dos actos. Mientras el primero constituye una historia clásica de Batman, el segundo capta a la perfección el tono y los elementos de los tebeos protagonizados por Hellboy. Todo ello imbrincado con el humor socarrón y un tanto desmitificador que caracteriza su trabajo en Starman.
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Por su parte, Robinson teje un relato dividido en dos actos. Mientras el primero constituye una historia clásica de Batman, el segundo capta a la perfección el tono y los elementos de los tebeos protagonizados por Hellboy. Todo ello imbrincado con el humor socarrón y un tanto desmitificador que caracteriza su trabajo en Starman.
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Eduardo
garcía Sanchez, volumen uno 8, 2000
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