Lo primero que llama la atención (si no se ha leído el tomo anterior: Blacksad un lugar entre las sombras) es que los personajes son animales antropomórficos siendo el protagonista una pantera. Aparecen tambien cigueñas, mofetas, osos perros, todos ellos aportando características propias del animal al que representan a sus personalidades. La verdad es que es una solución curiosa pero que uno se acostumbra sobre todo teniendo en cuenta la maestría de Guarnido al dibujo (No en vano, trabaja para la Disney). Es capaz de humanizar las caras de los animales y de darles toca clase de expresiones de lo mas realistas.
La historia de este comic se encuadra en el género negro, ambientada en la américa de los años 30, siendo el prota un detective privado. En este caso tenemos una historia con tintes racistes, la desaparacicón de una niña de color unido a la aparición de una especie de ku kux klan en un pueblo del Oeste de los EEUU. Por desgracia la historia discurre por caminos más o menos tópicos y poco interés se consigue hasta la resolución del enigma, aparte de algunos cabos que quedan algo sueltos. Aunque es de recibo mencionar que en este guión se ha notado una mejoría con respecto al anterior título (tal vez en los siguientes libros ya publicados podamos seguir viendo una progresión en ese sentido).
Pero es el dibujo el que se lleva la palma y la ovación en este comic. Con un tono clasista, unos colores apagados que impregna al comic de una esencia y universo propio que es una delicia para los ojos. Además Juanjo conoce su oficio y el comic se lee estupendamente sin nada que distraiga la atención sobre el discurrir de la historia. Un narrador nato, vamos. Comic con una historia más o menos simple pero con unos dibujos soberbios.
Tapelio, 2012
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