martes, 7 de enero de 2014

"GEN 13" de Jim Lee, Brandon Choi, J. Scott Campbell y Alex Garner


Gen 13 ha sido la colección revelación de los dos pasados años en USA. No sólo se agotó al poco tiempo de salir al mercado (algo usual en los primeros tiempos de image), sino que su cotización se ha disparado en todos los listados de ventas de comics atrasados.
En un principio, este éxito puede sorprenderos teniendo en cuanta que Gen 13 es otra colección inspirada en la Patrulla X con la que nos ha obsequiado Image, más o menos la número sopotecientos mil de las que inundan el mercado los últimos tiempos y probablemente, lo único que no necesitábamos junto con otra colección de héroes que no se corten el pelo a la hora de fusilar a sus víctimas.
Entonces, ¿qué es lo que ha hecho que sea casi imposible conseguir un ejemplar de esta colección? Muy sencillo, el hecho de que Gen 13 es un título al que podemos considerar una mezcla entre los Nuevos Mutantes y Beverly Hills 90210 con mucho cachondeo. Es decir, una colección hecha por y para adolescentes.
Brandon Choi y J. Scott Campbell nos ofrecen un plantel de tías buenas y nenes musculosos (uno de ellos decididamente cenutrio) que se lo pasan en grande sin hacer nada y corriendo aventuras por la costa californiana cuidados por un profesor ex – agente del gobierno (mezcla de Nick Fury y Lobezno) y por una niñera que está más buena que el pan.
Es más, en Gen 13 el tema de las batallitas pasa a un segundo plano. Lo más importante es la interrelación sentimental de sus componentes entre los cuales se establecerá rápidamente un entramado de romances más enrevesado que una telaraña dibujada por McFarlane. Eso si, los chicos que hacen la cole están decididos a provocar y lo mismo nos sacan a unos villanos salidos de Mortal Kombat que nos dicen que unas de sus nenas es lesbiana y nunca pierden oportunidad de enseñar todos los centímetros de piel que el cómic – code permite a sus dibujos de descarada inspiración manga. Un goce para vuestras hormonas, chicos.
Roke González en Slumberland nº 3, julio 1995

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