
Últimamente
se ha hecho bastante difícil ver a
Adam Hughes dibujando más de dos
páginas seguidas: el brillante autor norteamericano se dedica casi en
exclusiva a los pin-ups, a las portadas y a las historias cortas. Por
ello es refrescante encontrarle en una serie en la que realice más de un
número, como en el caso de
Ghost, una obra editada en Dark Horse dentro
de su línea de lo que podríamos llamar superhéroes. La historia de
Ghost mezcla el esoterismo, el misterio y el thriller del modo más
clásico. La trama se desarrolla de forma acompasado, sin excesivos
sobresaltos; los acontecimientos se ordenan para explicarnos las
aventuras post mortem de la desmemoriada protagonista, que ha vuelto de
la tumba sólo para meterse en un problema tras otro sin entender nada.
Erik Luke ha escrito una historia correctísima en la que todas las
piezas encajan a la perfección, pero a la que le falta chispa. Volviendo
al amigo Hughes, es este el que aporta a
Ghost la vida, la magia, con
uno de los trabajos más brillantes de su carrera. La ambientación es
perfecta, y el ejercicio de caracterización soberbio. La pena es que
Hughes dura poco, apenas dos números y pico, y su ausencia se hace notar
en los números posteriores.
Ghost es un tebeo entretenido y agradable,
en el que la tarea gráfica deslumbra y el guión cumple, algo de
agradecer en estos tiempos.
Enrique Pilón Slumberland nº 6 noviembre 1995
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