Personaje
emblemático de la serie Predicador, en esta miniserie tenemos la
oportunidad de conocer su historia cortesía del guionista Garth Ennis y
los dibujantes Steve Pugh y Carlos Ezquerra.
Historia del oeste
típica en planteamientos y atípica en resolución, la vida de este Santo
resulta ser una de las lecturas más entretenidas del mes. Está bien
escrita, con un adecuado sentido del ritmo y servida de forma irregular
por Pugh y de forma eficaz por Ezquerra. Me explicaré, Pugh dibuja de
forma interesante (no me atrevo a decir que bien) y sabe transmitir una
atmósfera y un tono de forma más que loable, pero es algo inútil a la
hora de contar algo, necesitándose al guionista para enterarte de lo que
pasa visualmente. Ezquerra en cambio, tiene un dibujo más agraciado
pero es una narrador como hay pocos: sitúa la acción, cambia planos con
sabiduría y nunca tienes problemas en saber quién hace qué y dónde,
algo que cada vez escasea más (y que me hace llorar de emoción cuando
veo que alguien lo hace y bien).
El único problema que tiene este
tebeo viene dado por defecto: no es tan bueno como otros tebeos de
Ennis. El que espero otro Predicador, va de cráneo, porque ni siquiera
el guionista pretende que lo sea. Sólo es una historia del oeste,
diferente a la media porque la hace un guionista muy personal, pero una
historia del oeste al fin y al cabo. Es como sus demás trabajos para DC
inéditos (de momento) en España, donde va probando diversos géneros:
Pride & Joy (mafiosos estilo Scorsesse), Unknown Soldier (espionaje)
o Hearthland (melodrama urbano), etc. Son historias eficazmente
escritas y resueltas, con resultados de variado interés según sea el
tema más o menos afina él (el mejor Hearthland, sin duda; de lo mejor
del año) o lo resuelva un dibujante más o menos capacitado.
Por favor, que no se menosprecie este entretenido tebeo sólo porque no responde a expectativas a las que no pretende responder.
Lorenzo Díaz en Slumberland nº 26, septiembre 1997
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