No sé si alguien se ha dado cuenta. Veréis:
hay autores de tiras de prensa que se han pasado años con el mismo personaje;
autores de comic-books que se hayan pasado años con sus personajes también los
hay, pero no tantos, porque en ese terreno abunda el cambio de guionista y
dibujante. Y, no es por nada, pero Sergio Aragones, básicamente, y Mark Evanier
llevan (o llevaron) algo así como catorce años con Groo.
Crear cerca de 140 números de historietas
completas de 22 a
28 páginas no es, en sí, una hazaña: hacerlo con un nivel de calidad de ésos
que muy pocos profesionales tienen, es una hazaña. Son miles de páginas
(¡¡miles!!) dando vueltas, como dicen ellos mismos, a un sólo chiste. Pero las
vueltas son tan amplias que dan para tocar temas tan dispares como la
explotacion, el racismo, las relaciones intersexuales, la codicia, la amistad,
el amor… Y así, una lista que necesitaría de varios folios.
Y otra cosa. Esos años han pasado sin que Sergio Aragones pierda la autoría de su personaje. Exacto: condición “sine qua non” para que este español publicara en editoriales como Pacific, Eclipse, Marvel o Image, ha sido la de mantener lo que le corresponde: sus derechos de autor, sobre su creación. Eso, en el mercado USA, es también una hazaña.
Ahora, World Comics ha encontrado, por fin,
una fórmula comercial para publicar Groo que parece que tiene futuro; recopilan
la totalidad de la obra en volúmenes, castigándonos, eso sí, con una miserable
ración de dos al año. Si de verdad los libros de Groo se venden, ¿por qué no
publicar tres o cuatro al año? Los lectores de Groo somos fieles que acudimos
al templo cuando nos llaman, sin preguntas ni dudas.
Más Groo, de verdad. Que no vais a errar.
Reseña publicada en Slumberland
Reseña publicada en Slumberland
No hay comentarios:
Publicar un comentario