lunes, 18 de noviembre de 2013

"TORPEDO" de Jordi Bernet y Abulí

La historieta española de las últimas décadas, a diferencia de la francesa, la americana o la italiana, no ha querido, no ha podido o no ha sido capaz de crear personajes que arraiguen en los lectores. Desde El Capitán Trueno y demás héroes creados, más o menos, a su imagen y semejanza, ninguno de los muchos intentos ha cuajado con la fuerza suficiente para trascender el mundillo de los aficionados al cómic y llegar a un público más amplio. Ninguno, excepto Torpedo de Jordi Bernet y Abulí. Los Blueberrys, Valentinas y Valerianas españoles sencillamente no existen.

Sólo Torpedo ha sido capaz de superar las barreras que parecen atenazar el tebeo español e introducirse en otros medios como el teatro o el cine (los distintos proyectos que se han barajado en este sentido sólo se han materializado en un episodio piloto de dibujos animados). Ha pasado por varias revistas, distintas ediciones en álbum y, por fin, se ha vuelto a hacer un hueco en los quioscos con su propio comic-book. Imagino que si alguien tuviera la fórmula que hace que un personaje funcione o no, ya la estaría repitiendo hasta la saciedad.

Se me ocurre que el secreto reside en que detrás suyo hay una buena historia, servida, eso sí, por un excelente dibujo. La publicación de la última entrega del comic-book es un buen momento para repasar de un tirón la historia y evolución del personaje. Torpedo ha pasado de ser un duro y cínico asesino a sueldo a convertirse en una especie de parodia de sí mismo. Por suerte para él, el cambio se produjo de forma progresiva, evitando de esta forma, la ruptura con los lectores. Volver a leerlo ahora, desde el principio, es una buena ocasión para reconciliarse con una de las mejores historietas españolas de los últimos veinte años.
Laureano Domínguez en Slumberland 17


No hay comentarios:

Publicar un comentario